En Estados Unidos, hay un desarrollado negocio de suscripciones, donde suscribirse a una revista o a un diario es fácil, rápido y barato. La mayoría de la gente está suscripta a más de un producto, ya que resulta más conveniente que ir a comprarlo: hay rebajas en el precio por pagar por adelantado al mismo tiempo que tienen la comodidad de que les llegue a su casa en tiempo y forma. Por ejemplo la suscripción anual a la revista semanal The New Yorker es de US$ 47; mientras que si uno la compra en un puesto callejero sale US$4,99. Hay una gran rebaja sobre el precio.Sin irnos tan lejos, en América Latina también hay países con un buen sistema de suscripciones, como es el caso de Colombia y Brasil.
Sin embargo en la Argentina las suscripciones son casi inexistentes. El principal causante de este hecho es el poderoso gremio Sociedad de Distribuidores de Diarios, Revistas y Afines (SDDRA), que no permite a las editoriales hacer sus negocios sin ellos. Cuando un cliente se suscribe, negocia directamente con la editorial, y ésta le manda la revista o diario por correo al suscriptor. Los canillitas, sin embargo, ven en este sistema una amenaza a su trabajo y a su existencia. Por eso presionan a las editoriales y no las dejan actuar libremente: si quieren hacer suscripciones sin que intervenga el canillita, las boicotean dejando de exhibirlas en sus kioscos y generando menos ventas.
En la actualidad las suscripciones se hacen con un intermediario entre la editorial y el cliente: el canillita. Éste tiene un acuerdo con la empresa, que le paga por distribuir las publicaciones. Desde el punto de vista de los vendedores de diarios es comprensible, ya que temen perder su trabajo, que es lo que sucedería si tuviésemos un sistema de suscripciones como el de Estados Unidos, por ejemplo. Mario Aguirre, vendedor del puesto que está en la esquina Av. Rivadavia y San José de Calasanz, admite “hago entrega de suscripciones domiciliarias, las cuales son una gran parte de mis ingresos”.
Esta política afecta a la libertad de expresión, ya que las empresas tienen un costo adicional (lo que le tienen que pagar a los canillitas), y las que más lo sufren no son tanto las grandes empresas sino los proyectos independientes, que terminan desapareciendo por culpa de esto.
Entrevista con Mario Aguirre
¿Cuáles son las revistas que más se venden? ¿Qué género es el que más compra la gente?
Por lo general y desgraciadamente Caras, Gente; las revistas de chimentos.
¿Y cuál es el target, los clientes que más frecuentan el kiosco?
La mayoría son personas de 25 a 45, 50 años; y por lo general se llevan revistas de actualidad.
¿Las revistas para niños tienen éxito en las ventas?
Sobretodo cuando empieza el ciclo escolar. También depende de lo que traiga la revista, hay algunas que vienen con obsequios como cartucheras o útiles que a las madres también les interesan. En las fechas patrias hay un crecimiento en las ventas.
¿Cómo afectó el tema de la crisis sobre la venta?
Bastante. El que antes se llevaba dos revistas hoy lleva una, el que se llevaba semanalmente hoy se lleva cada quince días. Sí, perjudicó bastante. Los tiempos actuales son duros para el diariero, cada día se complica más.
¿Cuál es la forma en la que se organiza el kiosco? ¿Cómo se colocan las revistas? ¿Hay lugares asignados?
Eso se va rotando de acuerdo a la mercadería que a vos te va haciendo falta vender primero o la que está cerca de la fecha de devolución. No hay lugares designados para ninguna empresa en particular, lo manejo yo como me conviene.
¿Tenés algún arreglo de suscripciones con algún diario o revista?
Sí, de revistas más que nada. Hay varios horarios de Kiosco y este es de tarde, con lo cual yo no puedo hacer reparto de diarios de mañana. Pero sí hago entrega de suscripciones domiciliarias, las cuales son una gran parte de mis ingresos.